El verdadero nombre by OSHO
autor:OSHO [OSHO]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Psicología/Crecimiento personal
ISBN: 978-84-9988-219-2
editor: Editorial Kairós
publicado: 2012-11-15T00:00:00+00:00
Para alcanzar la libertad suprema, los hindúes exigen que una persona se bañe en sesenta y ocho lugares sagrados, y esos lugares están marcados en el mapa de la India; pero, en realidad, representan sesenta y ocho puntos que hay dentro del cuerpo por los que la persona debe pasar para alcanzar la virtud. Los hindúes han realizado una labor magnífica, que ninguna otra raza ha igualado, al descubrir estos puntos. Los lugares marcados en el mapa son, sin embargo, meros símbolos; y es muy triste que, mientras vagan por esos símbolos como si fueran los lugares reales, los hindúes hayan perdido su conciencia de la vida. Se dice: 'Toma agua del Ganges y ofrécela en Rameshwara'. Se refiere a puntos reales que hay dentro del cuerpo; la energía se toma de un punto y se dirige hacia otro, y esa es la peregrinación sagrada. Pero ¿qué hacemos nosotros? ¡Tomamos agua del Ganges y cargamos con ella hasta Rameshwara! [3]
El mapa externo es una traducción simbólica del mapa interior del ser humano. Todo lo que hay dentro del cuerpo humano es muy sutil, y, para ilustrarlo, se crearon estos símbolos externos; pero al confundir lo simbólico con lo real, nos desviamos del camino.
Los símbolos nunca son verdades; únicamente apuntan hacia la verdad. Son indicadores, cuando Nanak dice que, mediante shravana, la persona alcanza la verdad, obtiene plenitud y conocimiento, y logra también haberse bañado en los sesenta y ocho centros de peregrinación. Es así porque, cuando te quedas en silencio, empiezas a descubrir los lugares sagrados dentro del cuerpo; entonces no necesitas cavilar sobre qué es la verdad, pues la ves directamente. Mientras pienses, no hay verdad, solo hay opiniones y conceptos. La verdad es una experiencia. Y, una vez que ves, ¿qué sentido tiene seguir pensando?
Se logra satisfacción verdadera. Mientras sigas pensando, estarás insatisfecho, porque los pensamientos te conducen a un sinfín de sugerencias: '¡Haz esto! ¡Haz lo otro!'. Los pensamientos hacen surgir nuevos deseos, y los deseos conducen al descontento. Es muy perjudicial tener a los pensamientos como amigos; siempre te llevan por mal camino. Si hay una mala compañía que vale la pena abandonar es la de la los pensamientos. Puedes hacer uso de ellos, pero si empiezas a obedecerlos, te esperan toda clase de problemas. Son como drogas; si te haces adicto a ellos, te extraviarás y estarás tan confundido que no sabrás qué hacer.
Mulla Nasruddin había bebido tanto un día que tenía miedo de volver a casa. Sabía que tendría que inventar una explicación, y, como no se le ocurría ninguna respuesta plausible, empezó a deambular sin rumbo por las calles.
Un policía lo abordó en mitad de la noche.
–¿Qué hace aquí a estas horas? Responda rápido o tendré que llevarlo a la comisaría.
–Si tuviera una respuesta –contestó Mulla Nasruddin–, ¿no cree que me habría ido ya a casa?
Los pensamientos son una adicción que no tiene respuestas. Si te hubieran dado una respuesta, habrías llegado a casa hace ya mucho.
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